La causa española y la huida del fascismo constituyó la trama vital y escrita de Albert Camus. “La mitad de mi sangre sufre por el exilio impuesto de mi segunda patria”. “El reino de las bestias ha comenzado”, escribía en su diario el 7 de septiembre de 1939. Camus, hasta su cuestionado fallecimiento en 1960, no dejó de pronunciar duros alegatos contra la terrorífica España franquista, manteniendo su pasión por la España libre.
Ante todo, ¡España Libre! fue el grito de esperanza durante la guerra, la barricada contra el fascismo nacional e italiano, y la ocupación nazi que hizo de España su colonia.
¡España Libre! frente al horror y la barbarie, frente a “las potencias del pasado” que “jamás se han ido”, frente a la pasividad y la hipócrita No Intervención de los gobiernos internacionales. ¡Arriba la libertad de los pueblos libres! lanzaban al viento solidario los y las 60.000 brigadistas internacionales de 54 países que vinieron a apoyar a la España libre, heróica, generosa y valiente. La España libre fue también el anhelo de todo el exilio antifascista.
A toda esa ¡España Libre! está dedicado este libro de Albert Camus, un francés de Argelia como a él le gustaba definirse, que también era español por sangre y por sentimiento. Los testimonios excepcionales de Camus en relación a la ansiada España libre y a los españoles exiliados que en riadas cruzaban la frontera en alpargatas y con lo puesto, fueron recogidos y traducidos por otro exiliado, Juan Manuel Molina, recuperando así la memoria del horror: los campos de concentración, los penales, las cárceles, el hambre, la dureza del exilio.
Esta recopilación de textos, fechados entre 1942 y 1958, muestra al Camus periodista y activista insobornable (véase el libro ‘La sangre de la libertad’, La linterna sorda). Reúne alocuciones, escritos, fragmentos y, sobre todo, artículos: crónicas publicadas en el periódico clandestino ‘Combat’ del que fue responsable, referidos a la situación española entre 1944 y 1945 y otros artículos publicados en su mayoría en la prensa libertaria.
Camus sentenció con aspereza que después del golpe de Estado nacional e internacional sufrido por el pueblo español, el franquismo representaba: “a la aristocracia de una ‘banda, a la realeza del crimen y a la cruel señoría de la mediocridad” y hoy, la sombra de Franco sigue siendo persistente.
‘Mi deuda a España’
“Sí, ese oficio es difícil, y yo quería hablaros de ello libremente y esto me será fácil. En mi etapa actual de independencia no he de respetar a ningún partido, iglesia, ni conformismos por los cuales nuestra sociedad agoniza.
Expresaré la verdad, en la medida que la conozco. En estos tiempos se ha dicho de mí que soy un solitario. Y es cierto si con ello se quiere expresar que no dependo de nadie. Pero no lo es, pues lo soy al mismo tiempo que millones de personas que son hermanos nuestros y cuyos pasos sigo. Solitario o no, procuro cultivar mi oficio, que muchas veces me resulta duro, principalmente en la odiosa sociedad intelectual que es la nuestra, en la que los reflejos reemplazan a la reflexión, en la que sectas enteras practican la deslealtad, en la que la maldad trata muchas veces de hacerse pasar por inteligencia.
… Si he podido escapar a tantos peligros y es esto lo que quería subrayar es gracias a la amistad de muchos de vosotros a quienes debo casi todo.
… Pero vosotros me permitiréis, estoy seguro, simbolizar esta amistad, esta noche, en la España del exilio.
¡Amigos españoles!: somos en parte de la misma sangre y tengo hacia vuestra patria, su literatura, su pueblo y su tradición, una deuda que no pagaré jamás. Pero tengo hacia vosotros, cuya desgracia y cuya miseria no han cesado, otra deuda que no conocéis, que no podéis conocer.
En la vida de un escritor de combate se necesitan fuentes calurosas para combatir los hechos sombríos de que os he hablado y la aridez de la lucha. Vosotros habéis sido, sois para mí, uno de esos manantiales, y en mi camino siempre he encontrado vuestra amistad activa y generosa. La España del exilio me ha mostrado casi siempre una gratitud desproporcionada. Los exilados españoles han combatido durante años, y finalmente han aceptado con orgullo el dolor interminable del exilio. Yo he escrito sencillamente que tenían razón. Y por ello solamente he recibido durante muchos años y esta noche en las miradas que encuentro, la expresión de la fiel, la leal, amistad española que tanto me ayuda a vivir.
Esta amistad, aunque no sea merecedora de ella, es el orgullo de mi vida. A decir verdad, ella es la única recompensa que puedo desear”.
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Albert Camus – “¡España libre!”