George Orwell

George Orwell -«Rebelión en la Granja»

Aunque «Rebelión en la Granja» no fue una obra que tuviera demasiado éxito en su primera publicación, sus repercusiones en el mundo contemporáneo han sido tremendas, pues en ella, se trata de temas que nos enganchan tanto la historia de nuestro mundo y la naturaleza humana, también defiende que lo más valioso que tiene un pueblo es su cultura y que esta se debe defender con uñas y dientes. Además, el hecho de que los factores que la originan sean interesantes y complejos, hacen de esta obra una candidata a ser un éxito entre nuestros coetáneos. A lo largo de este apartado, voy a tratar de describir los factores base de todo tipo que han engendrado esta obra, y además las repercusiones consecuentes que ha desencadenado esta obra en ámbitos tan diferentes como los medios de comunicación, el arte la literatura y el cine.

Entre los factores que anteriormente he citado, hallaremos:

– La alegoría, una figura literaria que está muy presente en esta obra ya que se caracteriza por disponer de un tono profético y una anticipación satírica (aspectos que determinan que una obra sea candidata a ser alegórica), que deriva del verbo griego «allegoréo», que significa «hablar o explicar fundamentalmente algo considerado como figurado». Esta figura retórica que encadena varias metáforas para transmitir un significado oculto y figurado, como es el caso de dar a nuestro mundo la apariencia de una «granja», o al dictador Stalin y a los políticos más destacados del momento, el aspecto de unos «cerdos», o a la traición de Stalin que agravó la Revolución Rusa, una aparente rebelión sin sentido de unos animales que quieren dejar de serlo. La alegoría está muy ligada al pensamiento, a las ideologías, y, ante todo, a las convicciones religiosas. Recurre a menudo a la personificación, y a géneros literarios como la fábula y la paradoja y de ellos tenemos un claro ejemplo, en la obra que estoy tratando, pues, aunque Orwell trata una realidad o una historia verifica en el sentido, la pura verdad es que, en forma, la obra no nos muestra la realidad tal y como es.

– Otro elemento importante en el que se basó Orwell, es la fábula, que como ya sabemos, es una breve composición literaria en verso o prosa, cuyos personajes (como la mayoría de los personajes de «Rebelión en la Granja») o elementos inanimados. En su forma tradicional, la fábula apuntaba a demostrar una verdad moral o ideológica, a modo de advertencia o consejo, que se sintetiza al final de la narración en una moraleja o enseñanza. La versión contemporánea de la fábula, entre la cual se halla la obra de Orwell, aunque con un fuerte matiz de novela, apunta a una reelaboración irónica y de carácter ideológico y moral en la que desaparece la moraleja o se ofrece al lector un marco mayor de sugerencias (que las enseñanzas morales). Estas palabras anteriores han descrito perfectamente en líneas generales, la obra de Orwell. Esta fábula no es como las demás, pues Orwell lo que quiere conseguir con ella es que represente exactamente a la sociedad del siglo XVIII, el siglo en que se produjo la Revolución Rusa, pero esto es, con las mismas características, el mismo funcionamiento y los mismos problemas que una sociedad real.

– Esta obra también se ve afectada totalmente por ideas libertarias y revolucionarias con un tono histórico, y esto lo comprendemos debido a que, a lo largo de la obra, ocurren una serie de cambios generales realizados por la fuerza de una determinada clase social, y a menudo con violencia, que quiere que la sociedad experimente un orden social o político más afín a sus intereses, llevando a su terreno por un segmento considerable, a la mayoría restante de la población del país. Las ideas de Orwell en todos los aspectos son innovadoras, pues no tienen la misma dirección que lo establecido por la sociedad gobernada por los privilegiados y justas para mi punto de vista, será porque tengo mis raíces en la clase obrera. Orwell defiende ideas como que ninguna persona o institución puede hacer demagogia alzar su dominio o manipular a otros núcleos de población, por lo visto, más desprivilegiados; que lo que más importaba de la sociedad y lo que más debía de influenciar sobre la literatura de una nación era el concepto de pueblo, y la cultura de éste, sus valores, su consciencia del pasado, sus orígenes y la herencia de la tradición. Otra idea que Orwell defiende es que el motor que hace que la historia evolucione, y que una clase u otra esté en el poder, es la lucha entre los ideales de las clases privilegiadas (dominio, egocentrismo, ansia de posesión) y los del pueblo (que quieren que la sociedad les sea un poco más favorable, deseando la libertad y la igualdad). Además, Orwell, estaba en contra de todo dominio en todos los aspectos de la sociedad (lenguaje, política, economía), del mundo capitalista y la mecanización de la sociedad. Pone en manifiesto, ante todo, que lo que prima en la sociedad es la unidad, aunque también es muy importante la individualidad de la persona culturalmente y socialmente, para conseguir aquello que nos proponemos, pues «el pueblo unido jamás será vencido» y que toda aquella persona o grupo de personas que quieran separarse del resto de la humanidad, para conseguir asignarse por puros intereses el poder en todos los sentidos, son unos depravados. Para que la sociedad evolucionara más favorablemente hacia las clases desprivilegiadas, y se llegara a una igualdad teórica, Orwell pensaba que la revolución era necesaria para conseguirlo.  Tampoco defendía, para nada los arquetipos culturales e ideológica, pues pensaba que lo más saludable era la variedad, y que toda tendencia que surgiera por circunstancias históricas no tenía por qué ser reprimida.

      Esta obra de Orwell es histórica en algunos aspectos, debido a que está contada
cronológicamente, basándose en hechos objetivos verídicos y demostrables, además los hechos evolucionan de acuerdo con planteamientos históricos, como son los intereses por el poder, la lucha ideológica, el materialismo histórico gracias al cual evolucionaba la historia, los efectos en cadena (los factores o causa y los efectos), aunque hay que decir que los hechos que ocurren en esta obra no están precisamente datados, pero esto no es motivo para que Orwell nos haga conscientes de nuestra historia, y naturaleza humana (la cual se altera, por circunstancias históricas como la economía, la política). Aunque Orwell tenga estas ideas, hay que dejar claro que era de izquierdas, pero no estaba de acuerdo con los comunistas «pues traicionaron al pueblo, y sus ideales tan utópicos jamás eran cumplidos». También se puede determinar que es histórica, por el estilo de la obra, que es eficiente, ni muy culto ni muy llano, sencillo, conciso, objetivo (ya que la historia es una ciencia) y sin demasiadas expresiones emotivas o figurativas, es decir, como el de los tratados de historia.

–  Otro rasgo a destacar en la obra es el matiz de novela que destaca en ella, pues, aunque, ante todo, domina el género de la fábula, siempre hay características de la novela en la obra, como son el afán por mostrar la realidad de cómo ocurrieron verdaderamente los hechos, aunque este punto no sea totalmente cierto (ya que la alegoría varía la forma), pero los antecedentes en los que se basa que se depositan en el contenido no se varía para nada. En la novela caben todas las tendencias literarias, todas las estructuras, todas las figuras literarias y todos los contextos. 

– Otro factor muy importante que contribuyó a la creación de la obra de Orwell es la sátira, que es un recurso que emplea la agudeza en forma de ironía, recurso que Orwell emplea a lo largo de la obra, para demostrar cualidades peyorativas como la locura o la maldad humana. Y por esta misma razón, Orwell para criticar a nuestro mundo lo compara con la desorganización y el jolgorio propios de una «granja», a los dictadores o autoridades políticas del momento para demostrar su escasa coherencia, raciocinio y agudeza, los compara con unos «sucios puercos», que nada más verlos nos dan sensación de estar corruptos. Además la decisión que toma Stalin de traicionar políticamente a su pueblo, que debía ser un asunto tratado seriamente, pues se juega con el bienestar de las personas, Orwell la compara con la escasa inteligencia y la banalidad, de una aparente rebelión de unos animales, que a veces tienen más interés por mejorar la sociedad, que los propios humanos sin tener raciocinio e inteligencia. Con la sátira, casi siempre se dice lo contrario de lo que se quiere decir, de este modo entendemos la contradicción que surge cuando Orwell coloca a un cerdo «uno de los animales, menos sagaces y astutos» como jefe del gobierno (si aún hubiera puesto a un león, o a un lince), de ahí que el gobierno de Stalin fuera tan destructivo y vergonzoso para la Unión Soviética. La palabra sátira deriva del término en latín «satura», significa, «mezcla», y se relaciona con el adjetivo latino «repleto».

Ya he aclarado anteriormente que la obra «Rebelión en la Granja», fue una obra exitosa en cuanto a las repercusiones a partir de todos los niveles de la obra y en todos los aspectos de la sociedad como son el arte, la literatura, el cine, los medios de comunicación. Ahora, las vamos a explicar y detallar, destacando aquellas que me parezcan más interesantes o representativas:

    Mismo «Rebelión en la Granja», ha sido dos veces llevada a la pantalla; la primera de ellas, titulada del mismo modo de la obra, y siendo una adaptación casi exacta de la obra, aunque los animales no son personificados, lo único que hacen es comportarse de un modo que no es el habitual. La segunda de ellas, fue una película creada hace escasos años, de un gran éxito comercial; a ésta se le dio el matiz más de una comedia y se personificó a los animales. Se titulaba «Babe, el cerdito valiente», era de creación británica y fue premiada incluso con un Oscar. También han sido escritos numerosos ensayos sobre esta obra. Gracias a la obra de Orwell, el hecho de representar a una sociedad real (con sus problemas, características, y funcionamiento) se fomentó, e incluso se traslada a campos como la literatura infantil como Babar el Elefante y su familia (que trata temas tan sociales como la familia, los horarios, etc), en un aspecto realista no polémico, no de crítica; también se hizo extensible a casas de animación infantil, como la Warner Bros, Walt Disney, que representan la sociedad más parecidamente a como es en realidad (con problemas, clases sociales, gobierno, economía). Este hecho de representar una sociedad cuyos habitantes son animales, y que sirve para que los niños sean conscientes de los problemas, y los intereses de la gente para poseer lo que pertenece al común de la gente, se hace muy habitual, y también llega al territorio nacional, sobre todo en el campo de la animación televisiva, por ejemplo, dibujos como los «Trotamúsicos», o «D´artangan», que es la adaptación de una obra histórica y realista de Dumas a la animación televisiva infantil.

  A nivel alegórico, puede que Orwell fuera el causante de que determinadas situaciones injustas en la sociedad (a nivel político, económico), fueran mostradas de ahora en adelante, verifica e históricamente, pero ocultos por un «velo tenue», que corresponde a la figura literaria de la alegoría, pues ya no se tiene tanto miedo a la censura y a las críticas. Por ejemplo, en nuestro país, Carlos Saura, en su película Ana y los lobos, alegoriza las fuerzas y poderes que sustentaron la conducta franquista en España.

    Como repercusión a partir de la fábula de «Rebelión en la Granja» que surge para representar una sociedad real o un momento histórico determinado (factores económicos, sociales, etc), se establece la versión contemporánea de la fábula, como es el caso de Fábulas de Luis Goytisolo; Bestiario y Confabulario de Juan José Arreola; Trece fábulas y media (1981) de Juan Benet, que concluye diciendo que «cuanto más canalla es la doctrina (política, ideológica), mejor el discípulo» o La oveja negra y otras fábulas, del guatemalteco Augusto Monterroso.

    A nivel histórico y novelístico, esta tendencia de explicar los hechos históricos y la historia del mundo, cuando ya no se temía a la censura, y a la escasa venta de libros, por enunciar determinados datos los que la sociedad se arrepentía o que la sociedad no era consciente de ellos. Y sólo con una ligera visión tanto del arte como de la literatura, podemos observar que tanto varios libros como películas han tratado temas referentes a la Revolución Francesa, la rusa (Guerra y Paz), la China (cualquiera relacionada con los lamas), y la Mejicana (Pancho Villa).

    Por último, a nivel satírico, existen revistas o medios de comunicación sociales cien por cien (posiblemente algo políticos), que incluyen gracias a la tendencia de Orwell por conseguir la libertad tanto social como de expresión, y criticar la naturaleza malvada y egocéntrica de los demagogos que quieren hacerse con el gobierno de un país sin ninguna razón específica, tendencias humorísticas satíricas como es el caso muchos periódicos europeos; Crunard Enchaine en Francia, Private Eye en Inglaterra, la Codorniz en España, y Krokodil en la Unión Soviética. Finalmente, dentro de los emblemas literarios (alegóricos y satíricos) y los del arte, hallamos la obra del mejicano Guadalupe Posada, que combina los grabados, con un texto en papel que critica a la propaganda durante la Revolución Mejicana.

 
 

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George Orwell – Rebelión en la Granja